Viernes 6 de diciembre de 2013Pasión por la Radio

Pornografía

Buenos Aires, 6 de diciembre de 2013 - Durante muchos años, la organización Madres de Plaza de Mayo, quizás a partir de su división con la llamada Línea Fundadora, se fue instalando en el imaginario mediático con el nombre de “las Madres” a secas, y luego incluso se apeló a una reducción más cortante todavía, se las llamaba “Madres”, sin el artículo. “Madres” o “las Madres”, en verdad, y al cabo de varias décadas de vida, es un grupo que no puede ser asociado con la totalidad del concepto de madres.

Hoy, con el lema “ni un paso atrás”, el grupo Madres de Plaza de Mayo, que tiene como presidente vitalicia a Hebe Pastor de Bonafini, se ha convertido en soporte ideológico  fundamental del gobierno de Cristina Kirchner.

El último paso, dado esta semana, y que motiva este comentario, no es pequeño. Puede tener derivaciones y consecuencias que valdría la pena tener en cuenta. Se trata de la presentación pública de una especie de tándem propagandístico integrado por la mencionada señora de Bonafini y César Milani, propuesto para ser designado teniente general de la Nación, y que en la actualidad es jefe de Estado Mayor del Ejército argentino.

“Las Madres y el General” es el título de un reportaje que una sorprendente periodista llamada Bonafini le hace a Milani. en la revista del grupo, “Ni un paso atrás”. En la tapa de la edición de diciembre, la revista incluye una foto a página completa de Milani, que aparece a estas horas como el candidato mejor posicionado para encarnar a Hugo Chávez en la Argentina.

Vale la pena conocer algunos de los fragmentos de la conversación de Pastor de Bonafini con Milani. No son preguntas, ella no está equipada para preguntar; es una suerte de mediadora o facilitadora, para que Milani dé a conocer una novedad preocupante y ominosa, la politización explícita por parte del jefe del Ejército y la asunción de una ideología específica y puntual: la del cristinismo.

Le dice Pastor de Bonafini: “ustedes estaban formados muy autoritariamente (perdón, pero ¿los ejércitos cómo se forman, señora, sino autoritariamente? ¿Cómo cree usted que funcionan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba? ¿Con democracia entre soldados y generales?). Responde Milani: “no solo autoritarios, sino soberbios. Y aparte se creyeron dueños del mundo, de las personas y distintos”.

Le dice la señora: “vos que sos comandante del Ejército, ¿creés que las otras Fuerzas también pueden encontrar eso que hallaron en la Fuerza Aérea?”. “Eso que hallaron en la Fuerza Aérea”, en la versión Pastor de Bonafini, son listas archivadas desde hace ya varias décadas con personalidades del mundo del espectáculo y del periodismo prohibidas por la dictadura, entre ellos quien les habla.

Responde Milani a la requisitoria de Pastor de Bonafini: “vamos a tratar de empezar a buscar en los lugares donde no debería haber nada. Por ejemplo: algunos cuartos de esos donde se guardaban herramientas o cosas así, para ver si hay alguna cosa para sacar”.

Ante esto, Bonafini dice: “en el Cuerpo I del Ejército, en el tercer piso, podría haber información”. Milani le responde: “lo que podemos hacer, y yo te invito, es ir al lugar, que ya no es más el Iº Cuerpo”, la anoticia, “frente a Patricios y revisar”.

He aquí la propuesta para la Argentina 2014: Milani y Bonafini revisando el regimiento de Patricios.

“¿Cuándo comenzaste a conocer a las Madres?”, curiosea Bonafini, convencida de que “las Madres” es su grupo, el resto de las millones de madres argentinas no existen. “Las madres” son ella y su grupo.

“Hace muchísimos años”, responde Milani, “cuando empezaron a salir de los medios. Reconozco que en las Fuerzas Armadas, quiero ser honesto, había un importante odio con las madres, pero como con todos los organismos de derechos humanos. Hay mucha gente en el Ejército en actividad que valoriza a las Madres. No hablo de los retirados, eso es otro tema, no quiero decir amor, pero por ahí una cierta simpatía”.

Habrá que recordarle a este caballero Milani que el entonces jefe del Ejército, Martín Balza, entre otras muchas iniciativas que tuvo, como pedir perdón por los atropellos a los derechos humanos, fue invitar a Graciela Fernández Meijide a que visitara el Estado Mayor General del Ejército.

Después viene la parte ya directamente bochornosa y obscenamente partidaria de la “entrevista”: “¿Cuánto tuvo que ver Nilda Garré”, le dice Pastor de Bonafini, “en este nuevo Ejército?”. Bueno: “¿Nuevo Ejército?”.

Se lamenta melancólicamente Bonafini por el “olvido” de lo hecho por Nilda Garré, que a estas alturas está cómodamente instalada en Washington DC. “Tuvo mucho que ver”, le responde solícito, rápido para los mandados, Milani: “le dio un vuelco muy importante”.

“¿Por qué no se acercan los militares más a la gente de los barrios?”, cuestiona Pastor de Bonafini. “¿Qué pasa, la gente no los quiere, los rechaza?”. “Bueno, no”, replica él. “En los últimos tres meses, hemos tenido 80 médicos trabajando en el Conurbano. A nosotros nos gustaría participar mucho más, la Presidente formó ahora una secretaría dentro del ministerio de defensa de coordinación con las emergencias. Yo decía recién, ojalá pudiéramos trabajar en los barrios y en casas”.

Entonces, Pastor de Bonafini, aprovechando el pie que le da Milani, le propone “el Ejército tiene que ir a las villas”. Réplica de Milani: “no depende de mí, Hebe. Si me dijeran ´bueno, te damos un villa cualquier y tenés ahí para trabajar y urbanizarla´, yo creo que sería espectacular”.

Ahí Pastor de Bonafini advierte que se metió en territorio espinoso, y dice “¿Ustedes no pueden intervenir en política?". "No, estando en actividad no podemos intervenir en política", responde Milani. "Pero eso no quita que uno pueda manifestar su apoyo a un proyecto importante de país. Pero no podríamos militar en un partido político. Se podría mostrar y hacer mucho más. Tenemos todo. Yo tomo esa promesa si lo ordena la Presidente".

“¿Por qué te hiciste militar, porque te gusta mandar?”, pregunta Pastor de Bonafini. “Porque vengo de una familia muy peronista”, responde Milani, “donde siempre se decía ´sí, mi General´ y por los uniformes”. Qué linda definición del peronismo...

“Hay que dejar la mochila, ¿no?”, le dice ella. “Tirarla, dejarla, no es justo. No es justo tener que seguirla cargándola”, replica Milani. “Y también con tipos que inclusive hoy, después de todo lo que pasó, siguen hablando con resentimiento. A mí lo que me preocupa es eso, no solamente los que están presos, sino los que no están presos, los que están en la calle”. Adviértase la gravedad las palabras del general Milani sembrando cizaña en un Ejército que ha sido reducido y jibarizado.

“¿Cómo toman tus hijos las denuncias contra vos?”, qioere saber Pastor de Bonafini, que se cuida muy bien de no contar cuáles son las denuncias. Son por la desaparición de un soldado en el noroeste argentino durante la represión a la guerrilla. “Por ahí”, dice Milani, “sufro más por ellos que por uno”. “Jamás ni torturé ni maté. Las calumnias e injurias vertidas sobre mi persona por parte de multimedios monopólicos y dirigentes políticos opositores al gobierno nacional han buscado exclusivamente perjudicar a la Presidente. Y tratar de impedir que el Ejército participe activamente de un proyecto nacional”.

“Los medios te arman una bola que Dios mío”, replica ya en clave claramente intelectual, Pastor de Bonafini. Responde Milani: “esta confrontación de un grupo de medios que quieren manejar todo. Instalan historias, fabrican, si les gusta el Gobierno, bueno; si no les gusta más bueno, se acabó que venga otro. Tiene que venir otro que dicen cuál es”.

“No tienen candidatos”, dice Bonafini, “se pelean, se rejuntan”. “Gracias a Dios no tienen candidatos”, comenta Milani. “Estaba leyendo una encuesta en donde Cristina tiene más de un 50% de imagen positiva. Ella es una militante fuerte y que sabe a dónde quiere ir”.

¿Cómo termina esta conversación Milani-Bonafini, Bonafini-Milani? Milani asegura que los militares tienen un temor al repudio en público y afirma: “yo estoy con esto que me acusan por los derechos humanos”.

Milani: aprenda a hablar en castellano: a usted lo acusan por violar derechos humanos, no lo acusan “por los derechos humanos”. Dice él: “Y entonces pienso, si voy a una acto no vaya a ser cosa que me puteen, todavía”. ¿Qué le aconseja Pastor de Bonafini? “Si te putean, y bueno, allá ellos”.

Finalmente le dice el jefe del Ejército argentino, en vísperas de 2014, a Pastor de Bonafini: “Hebe, con la ayuda de ustedes el Ejército está dispuesto a ir por todos los cambios y yo quiero ser el más transgresor”.

La gravedad de estas palabras no necesita siquiera adjetivación. Se trata de un hecho pornográfico en grado explícito. Esta mujer, que junto con un grupo de muchas abnegadas madres, se hizo famosa en el mundo entero durante la dictadura militar por reclamar pacíficamente la aparición de sus hijos desaparecidos. Pero se ha convertido desde hace años en pitonisa ideológica para impulsar explícitamente a César Milani como el Hugo Chávez de la Argentina.

Eso no es tan grave, es una mujer a la que todos conocemos hace ya varias décadas. Lo peor es que el jefe del Ejército argentino explicite tan abierta y descaradamente su afán político ideológico y su condición de títere político del gobierno nacional.

¿Qué repercusión tendrán en lo que queda de las Fuerzas Armadas argentinas estas siniestras declaraciones del general Milani?

© Pepe Eliaschev

 

 

Pepe Eliaschev Copyright 2007 - Periodista Pepe Eliaschev